Que la muerte de todo lo que creo no me tape los oídos y la boca.
Porque la mitad de mí es lo que grito, pero la otra mitad es silencio.... Ver más
Que la música que escucho a lo lejos sea linda, aunque triste.
Que la mujer que amo sea siempre amada, aún distante.
Porque la mitad de mí es partida y la otra mitad es saudade.
Que las palabras que digo no sean oídas como una plegaria, ni repetidas con fervor. Apenas respetadas como la única cosa que le resta a un hombre inundado de sentimiento.
Porque la mitad de mí es lo que escucho, pero la otra mitad es lo que callo.
Que mi voluntad de irme se transforme en la calma y en la paz que merezco.
Que la tensión que me corroe por dentro sea un día recompensada.
Porque la mitad de mí es lo que pienso, y la otra mitad es un volcán.
Que el miedo de la soledad se aparte, que convivir conmigo mismo se vuelva al menos soportable.
Que el espejo refleje en mi rostro la dulce sonrisa que me acuerdo de haber tenido en mi infancia.
Porque la mitad de mí es recuerdo de lo que fui, la otra mitad no sé…
Que sea preciso más que una simple alegría para aquietarme el espíritu.
Y que tu silencio me hable cada vez más.
Porque la mitad de mí es abrigo, pero la otra mitad es cansancio.
Que el arte nos apunte una respuesta aunque no la sepa. Y que nadie intente complicarla porque es preciso la simpleza para hacerla florecer.
Porque la mitad de mí es platea, y la otra mitad es canción.
Y que mi locura sea perdonada.
Porque la mitad de mí es amor, y la otra mitad… también.
