Cuando me despierto con un nudo marinero de doble vuelta en el estómago, busco por todos lados dónde están las direcciones para que no se siga anudando... dónde está la pala para desenterrar la calma, y dónde está la cuerda que enciende el motor de mis pasos para empezar el día...
Busco, atado a mis nervios, dónde están las manos que me desnudan a silencios la ansiedad...
(Cuando me despierto así, sé que el día puede sorprenderme).
... Y los primeros mates con vos ya me son suficientes.

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