¿Y si en la noche perdiera para siempre tu alma entre voces extrañas y miradas perversas?
¿Y si el refugio de mi sueño fuese tu corazón siempre perdido, como el mío, buscando calor?
¿No sería este el momento preciso, de gritar con los ojos, de escribir con la voz que te quedes conmigo, que me tomes la mano, y juntos asaltemos el sol?...

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