Las probabilidades lo decían y mi ternura lo exigía... y apareciste, con tu seria sonrisa.
Ahora sólo espero el resto de los días que quiero transitarlos juntos. Y están llegando...
Mis caricias van a recorrer tu piel y me quedaré en tu cama al despertar, junto a tu seria sonrisa.
La luz de la mañana me ayudará a develar el misterio de tu cuerpo, ahí en la cama.
El sol te encontrará reflejado en mi sonrisa, la que te dice más que mil palabras.
Y no siento peligro alguno de querer cuidarte con la dulzura de mi abrazo y mis manos frías.
... Y es mi mejor manera de pedirte perdón por esta espera.
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