Que vos consigas una casa más grande pero que casi todos los cuartos queden vacíos porque tu familia está reunida alrededor de una única mesa.
Que vos compres el auto de tu sueños y que descubras que puede quedar parado en el garaje mientras caminás tomado de la mano por un parque.
Que vos realices el deseo de comprar una TV enorme, 3D, con un home theater, pero que permanezca apagada durante la cena para que puedas escuchar como estuvo el maravilloso día de tu familia.
Que tu cuenta bancaria esté satisfactoriamente rellena, pero sobretodo, que vos tengas en tu bolsillo lo necesario para comprarte un algodón dulce y saborearlo ensuciándote los dedos.
Que tengas una excelente cobertura médica pero que te olvides que existe porque no necesitás usarla.
Que vos cenes en recomendados restaurantes para descubrir que el mejor chef que existe cocina todos los días dentro de tu casa.
Que tu internet navegue a altísima velocidad pero que tu mejor red sea la que esté colgada entre dos árboles donde puedas escuchar el canto de los pájaros.
Que vos tengas un smartphone de última generación pero que no necesites usarlo para decirle a las personas más importantes de tu vida cuán especial son.
Que vos tengas una tablet pero que uses más las puntas de tus dedos para hacer cosquillas que para mandar mails.
Que vos puedas comprar ropas buenas, bolsos y relojes, pero que tu verdadera marca sea la inspiración que dejes por los lugares donde pases.
Y que así, conquistando todo lo que siempre quisiste, descubras que lo más importante de aquello que tienes es lo que vos hacés con todo lo que conquistaste.
-Fábio de Melo-
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