El juego de seducción puede ser tan simple o tan complicado, según el modo en que cada uno arme sus propios argumentos.
En la vorágine de pensar y analizar posibles respuestas, proyecciones, fracasos, frustraciones, etc, no nos damos cuenta que, a veces, tan sólo es cuestión de olvidarse del mundo y decir la frase correcta...
... como por ejemplo: "Me gustas tanto, que no aguanto un segundo más sin verte".
(y entonces, lo que pensábamos que "nunca", se puede transformar en un "TAL VEZ"…)
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