... cuando no puedas pegar un ojo, y la almohada sea de piedra, y te enrosques en las sábanas de tantas vueltas, y te invada esa sensación de mordiscos de hormigas en la piel...
... cuando sólo el frío te abrigue y la noche sea eterna...
... cuando seamos grandes y orgullosos...
... cuando aparezcan los fantasmas que te arrastren y te entierren de nuevo en el pasado, en esa tristeza vieja, esa culpa de desamor...
... cuando solo te quede llorar...
... cuando las dudas sean tu única certeza...
... cuando el cielo se te caiga a pedazos pesados y te aplaste, injusto...
... y el almanaque se te deshaga y te empuje al precipicio de la soledad, de los cabos sueltos...
... cuando duelan los besos, y las manos, los caminos, y las brújulas...
... mi nombre te guiará hasta mí...
... y aquí estaré.
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