Se ha muerto María Elena Walsh. Se ha ido con ella una gran parte de la infancia de tantas generaciones. Se ha ido un alma sensible, pura, inocente. Porque ella tenía la inocencia de los niños para quienes escribió innumerables cuentos, poesías, canciones y lo hizo tratándolos con el más noble cariño y gran respeto por su dignidad de personas pequeñas.
Hoy lo comenté con mis nietas más pequeñas: Agustina y Romina, y cuánto me alegré al escucharlas que sabían quién era. La que escribió "Manuelita" -me dijeron- y "El mundo del revés", y "canción de tomar el té". Entonces busqué en la biblioteca un libro de cuentos: Dailan Kifki y les mostré y les leí algunos capítulos. También cantamos juntas algunas canciones y yo les canté otras y les leí la letra de otras cuya música no sabía entonarlas.
En casa, en la intimidad de una habitación, yo, abuela y mis nietas, rendimos un casero homenaje a esa mujer que amó a los niños todos y para quienes compuso temas que nunca se olvidarán. En ese cuarto hace años atrás, otros cinco niños en esta casa, también escucharon a su mamá cantarles o leerles los cuentos y canciones de María Elena Walsh, Otras dos nietas: Florencia y Georgina me supieron exigir en otros tiempos una canción de ella para dormirse, o coleccionaban casettes que su papá les enseñó a escuchar transmitiéndoles lo que había aprendido a amar en su infancia.
Se ha ido un ser único. Seguramente su alma se elevó al cielo acompañada de angelitos que entonaban sus canciones.
Nosotros quedamos en este mundo del revés escuchando y leyendo sus obras que serán inmortales. Su sonrisa y su voz seguirán conquistando almitas pequeñas. Un compromiso debemos hacer los adultos ante su muerte: hacer que perdure a través del tiempo sus composiciones, sus cuentos, para que la infancia siga siendo pura, alegre, llena de fantasía, de magia, de amor.
GRACIAS MARIA ELENA. DUERME TU SUEÑO EN PAZ.
Itatí Rivarola de Bojorque.
(MI mamá 💓)
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