mis manos...

 

Quiero mis manos porque son nobles compañeras de mi pasión. Las quiero con fuerza, las quiero con miedo…

Quiero mis manos porque son el dulce milagro del tacto al recorrerte.

Quiero mis manos porque me gustan, porque no son como mis ojos o como mi boca.

Quiero mis manos por vestirme con música en mi piano… porque te desarreglan el pelo, porque te secan las lágrimas, y porque te acariciarán el sueño cada mañana que despiertes a mi lado.

También quiero el sentimiento que me corre por dentro cuando te nombro, y cómo te me instalas en el pecho en el mismo instante. Debe ser que te SIENTO entero, y mis manos te resumen al tenerte, me sinceran contigo… a escondidas, reservándote el calor en mis bolsillos.

Quiero mis manos que sujetan las tuyas, y después… allá… no importa dónde... el resto.

Como si nada me bastase, quiero mis manos cuando acarician el viento o pasan las hojas de los libros.

Quiero mis manos cuando buscan su morada en tu pecho, calmándose en reposo, desparramando las yemas de mis dedos en tu cuerpo.

Tal vez porque te pertenecen… quiero mis manos.

Tal vez porque no te olvidan… quiero mis manos.

Tal vez porque te escriben estas líneas… 

… porque con cerrar mis ojos ya estás flotando entre mis manos.