Todos los poemas que dejé de escribir(te), sé que están apretados, amontonados, en mis labios. Por eso sonrío cuando te beso, porque te siento cómplice de mi silencio, tan lleno de palabras que se deshojan en cada be(r)so...
“Somos los libros que leemos, las películas que miramos, las personas que conocemos, los sueños que tenemos, las conversaciones en las que participamos. Somos lo que hacemos de eso. Somos el sonido del océano, un soplo de aire fresco, la luz brillante y el rincón oscuro. Somos la colección de cada experiencia que tenemos en vida. Somos cada simple día. Hay que ahogarse en un mar de conocimiento y existencia. ... y hay que compartirlo.
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