Y ya es sabido que el silencio habla, pero para escucharlo hay que hacer el menor ruido posible.
Silencio de vacaciones, de últimos días de vacaciones...
Silencio que cotiza en bolsa ante demasiado ruido barato.
Y entre tanto silencio que existe, un reencuentro. Un reencuentro y vos. VOS y tus abrazos de soles… tus mucho, mucho, mucho que devienen después del sentimiento que reinventamos.
Y tus mucho, tus abrazos, tus soles son los que aparecen para hacer soportable el tiempo en el que me acompaña el silencio...
Sé que las respuestas se amontonan en mi alma. Y a veces son tímidas, y otras tantas las intimida el ruido cotidiano.
Entonces las espero... Te espero.
(… y para eso hago el menor ruido posible).
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