Me detuve a la orilla de un sueño: vos de arena... yo de mar.
Tu nombre escrito en ese límite que desdibujo al acariciarte.
Un beso y me lo llevo, sellando así la magia.
No es para tomarlo a la ligera. Es magia chiquita... aunque antigua y poderosa.
UNIDOS como la arena y el mar.
... y despierto con tu nombre nadando en mis profundidades.
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